El Olmedo es una ventana al arte y a la cultura de México y del mundo; está integrado por un conjunto artístico y arquitectónico único. Su acervo está constituido por las más grandes colecciones, a nivel mundial, de la producción de Diego Rivera y de Frida Kahlo; posee, además, destacados grabados de los artistas Angelina Beloff y Pablo O’Higgins. Asimismo, resguarda importantes colecciones de arte prehispánico y arte popular. El inmueble, una ex-hacienda que data del siglo XVII, se encuentra rodeado de hermosos jardines, donde prevalecen especies de árboles mexicanos y habitan bellos animales como pavorreales y perros xoloitzcuintles.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Dolores Olmedo

Retrato de Dolores Olmedo (La Tehuana)
Diego Rivera1955

Durante 1955, Rivera realiza un gran número de pinturas de caballete, principalmente retratos, entre los que se encuentra el de su amiga Dolores Olmedo, también conocido como La tehuana. Se le ve vestida con un traje de la zona del Istmo de Tehuantepec, en el que prevalece un enorme colorido, ejemplo de la riqueza textil mexicana. 
El traje de tehuana tuvo un gran auge a partir de las décadas de 1930 y 1940, cuando las esposas y modelos o musas de escritores, músicos y pintores lo retomaron para exaltar la belleza y riqueza de los trajes típicos mexicanos. Varias de ellas lo convirtieron en parte de su persona y lo portaron con orgullo como María Izquierdo, Lupe Marín, Dolores Olmedo, María Asúnsolo, Lola Álvarez Bravo y, por supuesto, Frida Kahlo..

Autorretrato con changuito
Frida Kahlo1945

Son varios los autorretratos en donde Frida se hace acompañar de sus animales favoritos, que sustituyen la presencia de los hijos que no tuvo. A veces son los monos araña, los pericos o sus perros. Tal es el caso del Autorretrato con changuito de 1945, en donde está retratada de tres cuartos de perfil, vestida y peinada a la manera en que lo hacen las indígenas del sureste de México. Se encuentra enlazada al Señor Xolotl, como llamaba a su perro itzcuintli; detrás, a la derecha, un mono araña sorprendido mira hacia el frente; atrás, en segundo plano, se encuentra un ídolo precolombino. El listón con el que están unidos termina en uno de sus extremos alrededor de su firma; el otro extremo se enrosca en un clavo que perfora las nubes de color beige, que forman el fondo del cuadro.

Autorretrato con chambergo
Diego Rivera1907

Cuando Diego Rivera llegó a Europa en 1907, ingresó al taller de Eduardo Chicharro y Agüera, que solo tenía trece años más que él. A través de las enseñanzas de Chicharro, Rivera se familiarizó con el modernismo español. Pasó largas horas pintando, un hábito que nunca abandonaría y uno que le valió los elogios de su mentor. El autorretrato con sombrero de ala ancha representa a un joven que intentaba reflejar el ambiente en el que estaba inmerso. Su rostro muestra cierta nostalgia, característica del romanticismo español y el bohemianismo fin de siglo. El ambiente se ve acentuado por la botella y el vaso de cerveza en la mesa. El pintor lleva un sombrero suave de ala ancha que le da su nombre en español (chambergo) a la pintura. Inclinándose ligeramente hacia la derecha, la figura da ocasión para la pincelada y la representación de luces y sombras que Rivera estudió en el taller de Chicharro.

Colección Frida Kahlo

A insistencia de Diego Rivera, y por el gran aprecio que le tenía, en 1955 Lola Olmedo compra 26 obras de Frida Kahlo —que entonces no era un gran nombre—. Los cuadros habían pertenecido al amigo y vecino de la pintora, Eduardo Morillo Safa, cuyo retrato forma parte de la colección de El Olmedo. El museo cuenta con óleos y dibujos, que muestran el desarrollo técnico de la artista, así como autorretratos y obras, ahora reconocidas internacionalmente, que recrean pasajes de una vida determinada por la introspección y el reflejo del dolor físico y emocional, como la icónica “La columna rota”.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Dolores Olmedo

Los jardines del Museo Dolores Olmedo

En los jardines de El Olmedo hay una gran diversidad de plantas y flores, algunas, de origen mexicano, como sus majestuosos magueyes, otras, endémicas de la zona de Xochimilco, y difíciles de encontrar en otros lugares, como el árbol de la manita. La mejor temporada para disfrutar del colorido de las flores, como las jacarandas, es durante la primavera, tiempo en que los pavorreales lucen también sus majestuosas plumas. Otros peculiares habitantes de los jardines son los simpáticos perros xoloitzcuintles, cuyos orígenes se remontan a la época prehispánica.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Dolores Olmedo

Los jardines del Museo Dolores Olmedo

Crédito fotográfico: Archivo Museo Dolores Olmedo

Colección de Arte Popular
Más de 3 mil piezas de diversos estados de la república mexicana.

En México, a inicios del siglo XX, las manifestaciones populares entraron a los museos: cuando artistas, intelectuales y políticos se interesaron por rescatar el auténtico arte del pueblo. Entre las colecciones más importantes, en ese sentido, se encuentra la de El Olmedo, compuesta por más de 3 mil piezas, y que abarca especialidades como la alfarería, la metalistería y el vidrio soplado; piezas elaboradas por manos de maestros artesanos, como Mónico Soteno, alfarero del barro policromado de Metepec, o Pedro Linares, creador de las primeras calacas en cartonería para las Ofrendas de Muertos.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Dolores Olmedo

Colección Diego Rivera

Siete salas exhiben las obras de Diego Rivera, ofreciendo un recorrido por la evolución plástica del pintor: desde su estancia en Europa, en donde incursiona magistralmente en el cubismo, hasta su esplendor en el muralismo, donde demuestra su maestría como dibujante. Cincuenta años de la producción de una diversidad de retratos, autorretratos, paisajes, y demás géneros, realizados en óleo, acuarela, pastel y litografía, destacando piezas que dan testimonio de su estilo más reconocido, el de la Escuela Mexicana de Pintura, hasta sus últimos años, plasmando las puestas de sol de Acapulco.

Crédito fotográfico: Archivo Museo Dolores Olmedo